Tratamos las leguminosas con mucho mimo
Las leguminosas o fabáceas son una familia completa de plantas que reúne desde hierbas, hasta árboles y arbustos. Un rasgo distintivo es el fruto en forma de legumbre, compuesto por dos valvas con una hilera de semillas en el interior. A nivel agrícola nos interesan la subfamilia papilionácea con su característica flor zigomorfa. Esta se compone por dos pétalos inferiores unidos en el ápice que forman la quilla, dos pétalos laterales extendidos y un quinto erguido en la parte superior, de mayor tamaño, llamado estandarte. El cáliz tiene 5 sépalos soldados en forma de campana tubular.
Especies de leguminosas cultivadas.
- FORRAGERAS: alfalfa (Medicago lupulina), titarro (Lathyrus cicera), veza (Vicia sativa), trébol (Trifolium spp.), guisante forragero (pisum sativum var. arvense ),
- HUMANAS: guisantes (Pisum sativum), judía, alubia o vaina (Phaseolus vulgaris), garbanzos (Cicer arietinum), habas (Vicia faba), lentejas (Lens culinaris) altramuz (Lupinus mutabilis), cacahuete (Arachis hypogaea), soja (Glycine max), frijol o azuki (Vigna angularis).
Fitopatologías
Existen diversas enfermedades fúngicas y bacterianas que afectan a las leguminosas. Detectarlas y eliminarlas a tiempo puede ser crucial para el cultivo.
Plagas
Insectos como el pulgón (Aphididae) o los gorgojos, la cuca, sitonia, gusanos defoliadores o polilla abundan en los cultivos de leguminosas. Prevenirlos es fundamental, tanto como contar con un buen plan de erradicación si aparecen.
Nutrición
Las leguminosas son autónomas en la parte del nitrógeno. Podemos ayudarlas con fósforo y potasio en la nascencia. Otros nutrientes como el magnesio y manganeso son importantes en el crecimiento.
Fijación de nitrógeno
Una característica muy interesante de las leguminosas es la capacidad de fijar nitrógeno. Mediante la formación de nódulos en las raíces se produce una simbiosis con la bacteria del género Rhizobium. En este sistema simbiótico, la bacteria recibe alimento, oxígeno y espacio vital y la planta una fuente de nitrógeno directa, independiente del suelo.
Este aspecto produce un beneficio importante a nivel agrícola cuando se usan plantas leguminosas en la rotación de cultivos. Los suelos salen más ricos tras el paso del cultivo. La fijación de nitrógeno y materia orgánica generada queda a disposición del próximo cultivo.
Enfermedades comunes en cultivos de leguminosas
Debido a la gran variedad de especies, hay diferentes enfermedades que pueden afectar de forma común. Vamos a poner algunas representativas:
Fúngicas.
Las leguminosas tienen una alta sensibilidad radicular a terrenos encharcado que les causas asfixia y problemas con hongos patógenos del suelo. El fusarium visualmente reconocible como una podredumbre negra. El mal vinosos producido por Helicobasidium brebissonii ataca a alfalfa, trébol y judías.
Las hojas se ven afectadas por hongos como oídio que forman polvo blanco en las hojas, la roya que hace punteados de color pardo purulento, la viruela que tiene un punteado parecido, pero sin polvo y que acaba defoliando la planta.
La rabia o Ascoquitosis produce manchas casi circulares con bordes más oscuros y una zona amarilla que está siendo afectada.
EL mildiu tiene una apariencia de manchas amarillentas, creciendo en hojas jóvenes hasta fusionarse y ocupar toda la hoja cogiendo un color pardo característico. En el envés puede producir un polvillo grisáceo. La parte muerta se seca y puede producir daño en el tallo y las vainas.
Bacterianas.
La bacteriosis está causada por la Pseudomona syringae que crece en la superficie de la planta sin causar daños. Puede infiltrase dentro de la planta por heridas, golpes de heladas, daños causados por maquinaria o por los estomas.
Una vez que consigue penetrar en el interior de epidermis se expande por la hoja generando manchas que se fusionan desde la base hasta la punta. Tiene aspecto húmedo en su formación, pero con el calor se secan y necrosan. Se extiende al tallo, colonizando la planta y generando daños importantes y la muerte total.
Plagas comunes en cultivos de leguminosas
Insectos como el pulgón (Aphididae) succionan la savia de la planta restándole energía. Otros como o los gorgojos, la cuca, sitonia, gusanos defoliadores o polilla del guisante se alimentan por masticación, consumiendo partes de la planta. Los gorgojos y polillas ponen sus huevos en los granos en formación. La larva crece en el interior, alimentándose del mismo y emergiendo como adulto. Los gusanos defoliadores, la cuca (gusano negro) el gusano verde o la sitonia, se alimentan de las hojas, provocando defoliación y la perdida de yemas de crecimiento. Como consecuencia, no se prodce masa foliar para forraje o para producir grano. Los tatamientos con insecticidas como ARSINOE son efectivos contra este tipo de plagas, la clave es el momento oportuno para aplicar.
Plantas parásitas.
La cuscuta en la alfalfa y el trébol es una planta parásita que no tienen clorofila. No produce ni hojas ni raíces. Se alimenta totalmente de la planta huésped robando sabia mediante haustorios chupadores. Los tallos filamentosos son de color amarillo-rojizo y muy largos que buscan plantas a las que parasitar. Los tallos generan haustorios que se enganchan en la parte aérea del huésped. Producen flores muy pequeñas que generan unas semillas muy resistentes, capaces de aguantar 20 años.
El jopo es otra planta parásita que ataca a lenteja, garbanzo, guisante, veza tirarros… Esta planta realiza el anclaje en la raíz de la planta huésped. Las semillas germinan en presencia de exudados radiculares del huésped. Genera un tubérculo en la raíz donde acumula nutrientes y agua. El jopo emite unas pseudo raíces con función de agarre. Del suelo emite un tallo de color blanco y sin clorofila, con hojas como escamas no son funcionales. De la mitad superior del tallo salen las flores que produce semillas muy resistentes.
Nutrición en leguminosas
Son autónomas en la parte del nitrógeno. Podemos ayudarlas con fosforo y potasio en la nascencia. Otros nutrientes como el magnesio y manganeso son importantes en el crecimiento. En el momento de la formación de nódulos es importante un buen nivel de boro. También es importante, junto al molibdeno, en la floración. Para aportar estos nutrientes tenemos FERBYON BMO. Nos asegura un buen granado de la vaina y una cosecha de calidad.
En momentos de estrés o tras parada invernal se recomienda estimular el cultivo con aminoácidos como TRIEVOLITION que aporten energía y fomenten el crecimiento. Una corrección múltiple de microelementos con KARYON MIX nos da tranquilidad nutricional al evitar el efecto limitante de la ley de mínimos.